miércoles, 16 de junio de 2010

Agradecimientos

Primero que todo quiero agradecerle a Stephenie Meyer por escribir esta maravillosa historia de la cuál me enamoré desde el primer momento en que supe de ella.
Después quiero agradecer a las fans de la página que sin su apoyo no hubiera podido seguir con esto, gracias por sus opiniones, y simplemente gracias por leer, porqe sin uds. no publicaría esto.
Espero de verdad que les haya gustado esta historia.
Después quiero agradecer a mi familia y amigos que también pusieron su apoyo en esto y les interesó la historia.
Aii jaja no soy muy buena para esto, pero de verdad nunca creí que esta historia creada por mí tuviera tanta repercusión, gracias a ella me he hecho muchas amigas de diferentes países y también tener otra perspectiva de las fans de Twilgiht.
La mayoría me decía que se la mandara a SM pero la verdad prefiero dejarla en privado, todavía no me considero lo bastante buena como para presentarle esto a una escritora la cual creo es muy difícil de hubicar.
También quiero felicitar a todas las chicas que hacen historias como la mía ya que se requiere imaginación y creatividad para hacer esto, lo cual antes pensaba que era muy fácil, pero ahora me equivoco la verdad.
Y bueno... espero que lean el próximo libro que estaré publicando dentro de unas semanas, quiero ir con calma en esto ya que no quiero presentarles cualquier cosa :/
Bueno MUCHAS GRACIAS de verdad a todas por el apoyo constante que han tenido, la verdad nunca me imaginé terminar haciendo 22 capítulos y un segundo "Libro", les repito, que sin su apoyo no hubiera llegado a nada, de veras.




Saludos, nos vemos dentro de poco...
Stefanie Lacuesta

martes, 15 de junio de 2010

22do Capítulo : Continuará ( Capítulo final del 1er libro)

Continuará…

Llegué a casa a rastras, no podía más, sequé mis ojos y entré a la casa, allí se encontraba toda la familia esperándome.

Tenían caras tristes, a Esme era la que se le notaba más, creo que si hubiera podido llorar en ese momento lo hubiera hecho, mi padre tenía una mirada de nostalgia, como si me hubiera visto por primera vez en muchos años, cuando todavía era una niña.

Mi madre se encontraba a su lado, inseparable, con la mirada de toda madre al ver que su hijo parte nuevamente. Creo que Jasper trató de calmar la situación con su don ya que la angustia se había ido un poco y solo quedaba un leve sentimiento de ella.

Mis ojos todavía estaban mojados y sentí la furia que provenía de Rosalie, sabía que no se podría callar lo que tenía guardado hacía tiempo, y así fue.

- Esto es por culpa de ese perro estúpido, si no hubiera sido por él, nada de esto estaría pasando, tú te quedarías aquí con la familia y no estarías herida, lo voy a matar…- la furia de Rose seguía incrementándose, creía que saldría en su busca hasta que mi madre volvió a fulminarla con la mirada y al parecer resultó, se sentó nuevamente en el suelo, junto a Emett.

- ¿No cambiarás de opinión verdad?- dijo Alice que estaba en el sillón junto a Jasper. No respondí a ello, la respuesta era obvia- eres igual que tu madre, en todo caso seré yo la que te acompañaré, iremos de compras solas tú y yo, será divertido, ¡ya estoy viendo los vestidos que me compraré!- dijo Alice con una sonrisa de oreja a oreja

- Si me permiten, me iré a dormir, el vuelo sale temprano- dije mientras que me dirigía a la puerta dando tumbos.

- Ve hija, mañana será un día largo- dijo mi padre y me dirigió una sonrisa consoladora, como si estuviera sintiendo lo mismo que yo y me entendiera a la perfección, lo cual creo que era así.

- Hasta mañana entonces- dije mientras que cerraba la puerta

- Hasta mañana- dijeron todos al unísono.

Corrí lo más rápido que pude hacia la casa, no podía contener mis lágrimas por mucho tiempo más y si Rose me veía era capaz de ir en busca de él.

Me quité la ropa y me metí en la cama, no quería pensar en nada más, dedicarme a olvidar, odiar, aunque me era imposible de algún modo u otro, no tenía sentido seguir amando a alguien al cual nunca más volvería a ver…

Desperté con la luz del sol, aunque estaba nublado, se traslucía entre las nubes.

Me incorporé, vi mi desayuno en la mesita de luz y mis maletas hechas, me agradó que aceptaran mi decisión.

Tomé el vestido azul de seda que Alice había dejado arriba de mi cama y me puse los zapatos que claramente combinaban con él, recogí mi pelo en una colita y tomé las maletas para dirigirme hacia la casa, quedaba una hora para la partida del vuelo así que no había mucho tiempo para preparativos y despedidas.

Llegué y todos estaban “distraídamente” haciendo algo, menos Alice que estaba eufórica por el viaje.

Iba para todos lados dejando flores por doquier y cambiándose el atuendo a cada segundo.

Acomodé mi garganta y todos levantaron la vista para mirarme, tenían el mismo aspecto del día anterior, caído y melancólico.

Se agruparon todos a mi alrededor y Alice se despidió de Jasper con un beso verdaderamente eufórico mientras que él le sonreía.

Tomó sus maletas, las cuales no me dieron tiempo de contarlas, junto con las mías y se dirigió al porche negro que yo había utilizado ayer.

Mis manos y pies estaban temblando, no quería despedirme.

Mi padre me ofreció el antebrazo para acompañarme hacia la puerta de entrada y allí estaba Alice en el asiento del conductor, pronta para partir. Abracé a mis abuelos y a mis tíos, pero no pude desprenderme del abrazo de mis padres hasta que Alice comenzó a tocar bocina desde el auto.

Corrí fugazmente hasta él y antes de subirme observé el bosque tupido de árboles que se encontraba detrás de la casa, él se encontraba en algún lugar por allí, lo presentía, pero no quise utilizar mi olfato para rastrearlo, sabía que no me podría contener.

Me subí al auto mientras que observaba a mi familia, la cual había cambiado de posición y se encontraba dentro de la casa, observando por la ventana con una sonrisa en cada uno de sus rostros, quería que esa fuera la última imagen de ellos antes de que los volviera a ver.

Cuídense eso fue lo último que pensé antes de que Alice hiciera ronronear el motor del auto y partiera como desaforada hacia la ruta.

Habíamos recorrido ya algunos kilómetros, pero pasaríamos antes por la casa de mis abuelos para despedirnos.

Me acomodé en el asiento y comencé a seguir el camino de árboles que nos acompañaba en el camino.

Sentí una gran angustia en el pecho y las lágrimas comenzaron a brotar nuevamente…

Alice detuvo el auto en 0 lo cual hizo que mi cuerpo se inclinara bruscamente hacia adelante, mi mirada quedó detenida en el rostro de Alice, el cual estaba mirando hacia el horizonte, como si buscase algo, hasta que después de unos minutos esa mirada desapareció y dijo

- No veo ningún vestido en mi futuro, así que va a ser mejor que salgas inmediatamente de este auto y vallas en busca de él- dijo con una sonrisa.

Me quedé inmóvil, no sabía que decirle - ¡Vamos! ¿Qué esperas? No va a estar allí por siempre…-No me detuve a mirarla una vez más, me bajé del auto con un movimiento reflejo y salí disparada en el sentido contrario, no podía quedarme tranquila sabiendo que el amor de mi vida estaba allí, en alguna parte, con el corazón destrozado por mi estúpida decisión.

Corrí lo más rápido que pude entre los árboles, tratando de buscarlo, sentí su rastro varios kilómetros al este.

Me apresuré y anduve lo más rápido que pude, hasta que el rastro se detuvo en un pequeño claro, era el claro en el cuál él y yo jugábamos cuando era una niña.

Mi cabeza daba vueltas, no estaba, pero el rastro se detenía en ese lugar.

Varias lágrimas recorrían aún mi rostro, pero seguía inmóvil allí, esperando oír algo que me diera un indicio, no había vuelta atrás, el se había ido para siempre…

- ¿Estás buscando algo? – era su voz, pero no podía ver nada, mis ojos estaban empañados por las lágrimas.

Hasta que lo vi, parado varios metros enfrente de mí. ¡Era él!

Corrí lo más rápido que pude, no quería perder un segundo más.

Tomé su rostro en mis manos y miré por primera vez unos ojos color chocolate que nunca había visto, nunca lo había visto de esa manera, mi corazón latía demasiado rápido para concentrarme.

Arrastré su boca hacia la mía. Cuando nuestros labios se rozaron sentía como si hubiera sido la primera vez que lo hacía, era como desconectarme del mundo en sus dulces labios.

Él tomó mi cintura en sus brazos y me sujetó con fuerza acoplando su cuerpo con el mío.

Era cálido y suave junto con el mío, la sangre me ardía en el cuerpo y todos mis sentidos se paralizaron, en ese momento lo único que tenía sentido para mí era Jacob, Jacob, mi amigo, mi confidente, mi soporte, él era lo único que existía en esos momentos para mí, nunca me había sentido de esta manera.

Rocé mis manos en su pelo, en su cuello, quería que ese momento quedara congelado en el tiempo, quería quedarme por siempre allí, en sus brazos.

Nuestros cuerpos y mentes estaban diseñados para estar juntos, no podían mantenerse separados.

¿¡Por qué nunca lo había pensado de esa manera!? Él era el indicado, estaba profundamente enamorada de él.

Amaba todo de él, sus ojos, su boca, sus manos, sus brazos, su tosquedad, su manera de ser conmigo y con el resto, todo de él tenía magia, tenía alegría, tenía un sentido.

No me imaginaba mi vida sin él en ella, no podía.

Separé nuestros labios, quería saber si esto era verdad, si esto estaba sucediendo realmente.

Nuestras miradas se cruzaron, el me sonrió y yo le devolví la sonrisa ¿Algo podía salir mal?

No, no lo creo, no con él junto a mí.

No con él protegiéndome y cuidando de mí.

Quería besarlo nuevamente, sentir nuevamente sus labios como nunca los había sentido.

- Lo sssiento, lo ssssiento, soy una estúpida- dije tartamudeando

- Shh – dijo mientras que unía nuestros labios nuevamente.

Seguimos con un movimiento suave, fluido, mientras que sentía como sus labios rozaban mi cuello y se detenían en mi oído.

- Te amo Nessie, eres el mundo para mí, no sé qué haría si no te tuviera junto a mí- dijo susurrando, como si quisiera que esas palabras las grabara en mi menta

- Yo también te amo Jake, para mí tú eres todo, no existo si no estás conmigo.

Separé nuestros rostros para poder mirarlo, le dirigí una sonrisa y él me la devolvió

- Prometo no dejarte ir nunca más Nessie, prometo cuidarte pase lo que pase y dejarte ser feliz, sea con quien sea.- dijo bajando la mirada

- Y yo te digo que la única vida que quiero llevar es en la que estés tu-dije mientas que volvía a unir sus labios con los míos…

viernes, 11 de junio de 2010

21er Cápitulo : La despedida

La despedida

Desperté con los primeros rayos de sol que traspasaban mis parpados.

Deseaba que todo lo ocurrido fuera tan solo un sueño, un terrible sueño…

Me levanté de un salto, pero para mí alivio estaba en una cama común y corriente, ¿Cómo había sido posible? Yo había estado en aquél bosque junto a Nahuel, todavía habían rastros de sangre humana en mis labios y el calor recorría todo mi cuerpo.

Mis ojos no distinguían bien del todo las figuras que se dibujaban en la habitación, pero estaba segura de que no me hallaba en un bosque, me sentía mareada y con tan solo un simple - ¿Mamá?- que se escurrió por mis labios, tenía a toda mi familia, o por lo menos casi toda a mi alrededor.

- ¡Renesmee!, oh hija ¿te encuentras bien? – vacilé

- Aún estoy un poco mareada pero me encuentro bien.- dije mientras que despejaba los pelos de mi cara, de pronto sentí el vacío en mi pecho ¡Jacob! ¿Dónde estaría en estos momentos? ¿Qué había sucedido con él?

Mi padre oía mis pensamientos y no espero a que formulara las preguntas

- No te preocupes, él está bien, los encontramos a los dos tirados en el piso, el estaba herido, pero Carlisle no se encuentra aquí por ese mismo motivo, está en su casa atendiéndolo, sabía que nos la podríamos arreglar contigo.

¿Pero él está bien?

- Si, el se encuentra bien, todavía inconsciente por el tratamiento que llevó drenar la sangre para quitar toda la ponzoña, eres valiente hija, de no haber sido por ti los dos hubieran muerto, gracias a que te alejaste de la batalla y los encontramos a tiempo.

- Pero… ¿Como resultó la batalla?

- Bueno, por fortuna pudimos apañárnosla con aquellos semi-vampiros, no estaban del todo entrenados, y se nos hizo mucho más fácil terminar con ellos.

- ¿Y Nahuel?

- Bueno, hija…

Bajé la mirada, sabía que significaba eso. Nahuel había muerto.

-Era lo que se merecía…-dijo Rosalie que se situaba a mi izquierda.

Mi madre le lanzó una mirada alertadora, no quería que oyera eso.

- Nessie… ¿Qué harás ahora? Digo, que todo ha acabado…- dijo Emett sentado a los pies de mi cama.

- Bueno, eso aún no lo sé, pero no deseo quedarme aquí, no después de todo el daño que causé, además con Nahuel y su “ejercito” eliminado, no creo que haya ningún peligro.-

- Bueno, respetamos tu decisión, pero no irás sola a ninguna parte, alguien de la familia te acompañará y no es discutible-

- Está bien, sé que todavía corro peligro- dije mientras que bajaba la mirada, significaba que ellos también lo hacían y que lo que pasó no pasaría desapercibido por los Vulturi.

Estarían alertas o aún peor…

Me levanté de la cama y como un reflejo todos se pusieron de pie para ayudarme, levanté la mirada, no quería ayuda de su parte, no quería que pensaran que estaba vulnerable.

Me miré en el espejo de pie que había en el cuarto que era de mi padre y la verdad es que agradecí que Alice no estuviera allí ya que le daría un ataque, supuse que estaría cazando con Jasper y Esme.

Me di un baño luego de que todos estaban ya en el comedor, tenía que ver a Jacob y saber si estaba bien.

Salí despreocupada de la casa, sabían a donde iba, pero igual mi padre me lanzó las llaves de un porshe ya que todavía no querían que anduviera sola por Forks.

Quería ir despacio, no deseaba encontrarme con la mirada de Jacob, y mucho menos hacerlo para despedirme, luego de todo lo que habíamos vivido…

Llegué a la entrada de su casa y Carlisle estaba allí, me miró sorprendido ya que no esperaba mi tan pronta recuperación.

Me saludó con una mueca y se levantó de donde estaba, parecía cansado, aunque no dormía, sus ojos estaban dilatados, tal vez no habría ido de caza hace mucho, entre mi cuidado y el de Jacob debía de estar agotado.

Se levantó de la entrada y se aproximó hacia mí.

- Renesmee, me alegra tanto de que estés bien- dijo con la misma mirada cansada pero dulce.

- Gracias abuelo, al parecer fue solo un susto, y dime, como esta…-

- Él está bien, lo dejé durmiendo, estable y la mayoría de sus heridas ya cicatrizaron.

- Bueno, igual pasaré a verlo.

- Está bien, nos vemos Nessie, no te tardes- dijo mientras que se alejaba corriendo.

Me dirigí hacia la casa, estaba reposando en la cama, durmiendo, me alegré de no tener que confrontarlo aún, no quería irme sin despedirme, lo entendería, no necesitaba darle explicaciones y todo volvería a la normalidad, sí, era cobarde de mi parte, pero me rompería el corazón ver su cara al enterarse que volvería a Inglaterra luego de lo que había pasado entre nosotros dos.

Me acerqué a un lado de su cama y acaricié su pelo.

A su manera, él era tan perfecto, era tosco a veces, pero eso me encantaba, daría todo por volver a ver sus ojos una vez más, pero así era mejor, quedarme con ese recuerdo de él.

Besé su frente y caminé en dirección a la puerta.

- Ness…- dijo una voz ronca detrás de mi

No me quería dar vuelta, quería seguir mi camino, salir corriendo de allí, pero no podía, debía enfrentarlo tarde o temprano.

Di media vuelta y vi su sonrisa, eso fue como un golpe en el pecho.

Bajé la mirada y me quedé inmóvil.

- Ven, acércate- dijo Jacob aún con la voz un poco débil

Cada paso me alejaba más de él, no podía quedarme.

- ¿Estás bien Jake? – dije mientras que me arrodillaba en donde ya había estado.

- Sí, un poco mejor, tu abuelo Carlisle hace maravillas y bueno, gracias a ti- dijo soltando una mueca

- Ajam…-

- ¿Y tú? ¿Cómo estás?- dijo acariciando mi mejilla.

- Bien

- Tengo que decirte algo- dijo mientras que tomaba mi barbilla y la alzaba para que pudiera mirarlo a los ojos.

- Yo también, pero antes de que digas nada, tengo qe decirt…- puso uno de sus dedos en mi boca y prosiguió

- TE AMO- dijo esbozando una sonrisa, mientras que sus mejillas se sonrojaban, esto no podía ser, no podía seguir con esto.

- Mañana parto para Inglaterra- dije a instante.

- ¿¡Qué!?

- Si, no puedo quedarme más aquí, es muy peligroso para todos, no puedo quedarme-

- Pero tú no te puedes ir, no así, no luego de lo que sucedió todo este tiempo- dijo mientras que saltaba de la cama

- Lo siento Jacob, va a ser lo mejor para los dos- no podía aguantar ni un segundo más en esa habitación

- No te vayas por favor Nessie, quédate- dijo casi a suplicas

- No, no puedo, te quiero y no sabes cuánto, pero mañana por la mañana me iré, no te haré más daño.- dije mientras que me alejaba caminando, pero sosteniendo su mirada con la mía

- ¡Renesmee!...- dijo mientras que me alejaba lo más rápido posible de la casa…

jueves, 27 de mayo de 2010

20vo Cápitulo : Amazonas

Amazonas

Una gota de sudor recorrió mi frente, me sentía pegajosa y cansada, mis pupilas todavía no se acostumbraban a la luz, aunque era tenue.

Rocé mis manos con lo que parecían hojas.

Repentinamente abrí los ojos, al instante que volví a recordar lo sucedido.

Me incorporé y no estaba en mi casa ni en ningún lugar que hubiera visto antes, estaba dentro de una carpa un tanto improvisada y reposaba en una especie de colchón de hojas.

Algunos rayos de sol se introducían dentro de la carpa debido a algunos rasguños.

Mi corazón se detuvo, recordé la última imagen que tuve, a Jacob yaciendo en el piso, inmóvil.

Salté fuera de la carpa y me encontré con algo muy distinto al bosque de Forks, era una especie de jungla, los árboles eran altos, mucho más altos que los pinos de Forks y el sol trataba de meterse dentro.

Miré hacia todos lados, había ruidos de insectos y aves, pero ningún rastro de nadie.

- Al fin despiertas, he estado esperando durante tres días seguidos- dijo una voz familiar.

Pero seguía sin ver a nadie

- Aquí arriba linda- dijo

Alcancé a divisar a Nahuel sentado sobre la rama de un árbol con un taparrabos y una especie de corona hecha con hojas y pequeños frutos rojos.

Esbozó una sonrisa al verme, complacido por el logro que había obtenido, yo.

- ¿Dónde estoy?- dije con voz seca y todavía ronca.

- Precisamente, no lo sé, pero estas en las Amazonas muñeca-

- ¿Qué? ¿Me trajiste hasta aquí?

- Bueno, un viejo amigo me hizo el favor, pero si, podríamos decir, ya que no aceptaste mi propuesta por las buenas… pero dejemos de hablar de eso, ¿Tienes hambre? A que sí.

Bajó del árbol con una caída perfecta y quedó situado a unos pocos metros de mi posición.

- No tienes por qué contestar princesa, pero igualmente te traeré alimento, lo necesitarás para el viaje.

- ¿Qué viaje? No, de ninguna manera, yo me largo de aquí.

- ¿crees que no lo pensé?, no podrás Salir tan fácilmente, te perderás en este bosque, así que no quiero que te muevas o tendré que salir en tu busca. Nos vemos en un rato mi amor. – sus expresiones eran calmas y hasta irónicas.

Se alejó corriendo por el bosque mientras que me quedaba sola allí.

Miré hacia abajo, tenía los pies descalzos y mi ropa había desaparecido, en vez de ello traía una especie de vestido casero, con pieles secas que apenas cubrían mi tronco y parte de mis piernas.

El pelo estaba revuelto y desaliñado pero traía una corona parecida a la que traía Nahuel.

Me arrodillé en el suelo y sostuve mi cabeza con las manos.

Lo que más me preocupaba era el estado de salud de Jacob, si algo le llegaba a pasar no me lo perdonaría en toda la eternidad, ¿Cómo estaría mi familia?

Me sentía una egoísta, no podía haberles hecho esto, los arriesgué estúpidamente a y ahora no había marcha atrás, pero si todo salió bien en la pelea y todos estaban bien, suponía que mi sacrificio de verme obligada a pasar el resto de mis días con Nahuel no significaba nada.

En ese momento sentía un vacío y una soledad en mi interior, no podría escapar de allí ni en mil años, pero Nahuel y quien sea que me trajo hasta aquí dejarían en paz a mi familia.

Me recosté en el suelo y comencé a llorar, no podía hacer nada más que eso, ya no sentía mi cuerpo ni mi alma dentro, era algo inerte en aquella inmensidad, no sentía ni mis manos ni mis pies y solo transcurrían por mi mente imágenes de mi familia, imágenes de Jacob, si no hubiera vuelto de Inglaterra nada de esto hubiera pasado, porque, al fin y al cabo yo había desatado esta tragedia.

Los segundos, los minutos, las horas iban transcurriendo, insignificantes para mí ya que tenía todo el tiempo del mundo para estar allí.

Una esperanza albergaba en mí, tarde o temprano mis padres me encontrarían y me sacarían de allí, pero, ¿A qué precio?

Nadie saldría intacto de allí.

Oí como los pasos de Nahuel se acercaban y me incorporé rápidamente secando los restos de lágrimas en mis mejillas, no quería que me viera como alguien débil, ahora tenía que ser más fuerte que nunca.

Me senté sobre un tronco caído y el apareció rápidamente con la misma sonrisa y con un coco cortado.

Me lo entregó, era sangre.

Suponía que no quería llevarme a cazar porque conocería el lugar rápidamente y tendría más posibilidades de escapar.

Tomé un poco del cuenco, pero el sabor era extraño, era delicioso, no era como la sangre animal, era un manjar para mi gusto.

- ¿Qué le pusiste a esto?- dije alarmada, tal vez quería sedarme.

- Nada, es simplemente sangre, tienes que estar fuerte, nos iremos en pocos días.

- ¿Sangre animal?-

- Humana-

- ¿Qué? ¿Has matado para traerme esto?

- Bueno, no veo otro modo de conseguirla, a menos que hubiese ido al banco de sangre, pero queda muy lejos y no quiero ausentarme demasiado, sabes-

No protesté a lo que me había dado, era algo más fuerte que yo, era sangre humana, si, pero era deliciosa.

Bebí todo en pocos segundos y Nahuel sonrío victoriosamente.

Sus ojos daban cierta sensación de miedo, eran profundos y temerosos, sin duda no era el mismo niño que había visto hacía pocos años bajo, con rizos y ondas en el cabello, era musculoso ahora, y toda la inocencia que yacía en el alguna vez, desapareció.

Tenía varias preguntas en mente, pero la primordial era porqué yo…

- ¿Porqué yo? – dije esta vez formulando la pregunta en voz alta.

- Bueno, desde el día en que te vi Renesmee, sabía que serías, de algún modo u otro, mía. Eras y sigues siendo hermosa, fuerte, decidida y segura de ti misma.

- Pero sabes que no quiero nada contigo, ¿Por qué me mantienes aquí a la fuerza?

- Eso ya lo veremos, te acostumbrarás y tarde o temprano te olvidarás de tu familia.

- Aún sigo sin entender…- bufé

- Tu eres la madre perfecta para mis hijos...- dijo bajando la mirada

¿¡Qué!? ¿Madre perfecta?

- Sé que es complicado de expresar Renesmee, pero tú algún día serás la madre de mis hijos, yo siempre quise tener una madre, pero nunca la pude tener, y al ver a tu madre queriéndote tanto, velando por ti, quise que algún día yo pudiera ser el padre, la figura representativa de mis hijos, y tú eres perfecta para eso.

- Pero, no puedo… yo no puedo… déjame ir Nahuel, sabes que no soy humana, no puedo albergar a un hijo dentro mío, moriría en el intento y yo nunca te amaré, yo amo a Jacob, lo sabes.

- Eso no es un asunto mío, tarde o temprano cederás, por la seguridad de tus padres lo harás.

- Y segundo, bueno he hecho algunos experimentos con humanas, pero no han dado resultado, ellas mueren, no pueden tener a un niño de nuestra especie, las matan antes de nacer, supongo que son mis genes, ya que tu madre te pudo concebir viva.

Entonces pensé en ti, te busqué, pero no estabas, y sabía que mi oportunidad perfecta era cuando tú llegaras a Forks. Era mi plan de ataque perfecto, y bueno ya lo ves, te tengo aquí, conmigo.

- Esto es…- dije a lo bajo, estaba sorprendida por la finalidad que tenía Nahuel, pero en el fondo, sabía que debía seguirle la corriente, si podía dominarlo en un punto extremo, podría escapar con facilidad.

-Mejor iré a dormir, todo esto me ha dejado cansada ¿Sabes? Mañana hablaremos.

- Descansa, si, si. Mañana nos espera un largo viaje, algunos de nuetro aquelarre vendrán también. Que descanses

- Gracias- seguido me fui adentro de la carpa.

Oí sus pasos deslizándose cerca.

No podía seguir con este juego por mucho tiempo, necesitaba idear un plan, algo más para poder tenerlo entretenido, mientras lograba huir, o por lo menos darle una señal a mi familia de mi ubicación, ya que suponía que Alice no nos vería…. Debía hacerlo y pronto o acabaría teniendo engendros de ese monstro.

Cerré mis ojos, estaba cansada y aún más con la sangre que había bebido.

Me dormí en pocos segundos.